miércoles, 8 de mayo de 2013

Día 3: Villafranca del Bierzo - Sarria (Parte 2)


Iniciamos el que creiamos que iba a ser el descenso desde O´Cebreiro hasta Triacastela, pero pronto nos dimos cuenta que no iba a ser un camino de rosas.

Nada mas salir de O´Cebreiro nos encontramos en una escultura en honor a los peregrinos y mientras que nos hacíamos una foto conocimos a dos chicos de Madrid que no me quedó muy claro desde donde habían empezado pero el caso es que coincidimos con ellos allí y los cinco seguimos el viaje juntos.

Ya con las fuerzas justas empezamos la subida del "Alto del Poio", seguramente en otras circunstancias se subiria muy bien pero yo personalmente estaba desfondado y se me hizo eterna la subida. Eso si cuando por fin llegamos a la cima en ella había un par de "ventas" y nos metimos entre pecho y espalda una sopa bien calentita y el riguroso tinto con casera.

Ahora lo que nos quedaba hasta Triacastela era todo cuesta abajo y si subir es difícil, bajar con frío es horrible, las manos se te quedan entumecidas y pierdes toda sensibilidad y por suerte nuestros frenos eran de disco que si llegan a ser de zapata nos hubiéramos ido terraplén abajo más de una vez. Era tal el frío que tenía que tuve que parar a frotarme las manos para poder agarrar en condiciones el manillar de la bici y poder frenar.

Ya por fin llegamos a Triacastela y buscamos con desesperación un bar donde calentarnos y este fue mi menú:




No se si será por la leche o porque tenía muchísima hambre pero ese colacao  pasará a la posteridad como el colacao mas bueno que he tomado nunca.

Mientras que yo me deleitaba con mi colacao y mi palmera de chocolate el grupo de sevilla nos alcanzó, ellos tenían otra idea de coger fuerzas y creo que alguno se tomo hasta casi 4 cervezas.

En ese momento no sabíamos donde hacer noche, era temprano aún así que decidimos ir hasta Sarria, además el tiempo parecía que no iba a peor así uqe nada a seguir dando pedales.

Cuando solo estábamos a un paso de Sarria empezó a llover con mala idea, todo lo que no nos había llovido  ese día nos calló en 10 minutos ¡dios mio como nos pusimos!

El albergue que buscamos era Los Blasones, estaba muy bien aunque yo eché de menos la calefacción central pero por lo demás muy bien y disponía de un patio muy grande donde dejar las bicicletas y tender.


Esta muy bien situado cerca de todo, en la parte antigua de la ciudad y cerca hay un par de sitios donde se como muy bien.

Esa noche empezamos la dieta del pulpo, no veas como esta el pulpo por aquellos lares, de muerte eso si acompañado de tinto con casera.

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